Qué es el hipérbole y 5 ejemplos

Deborah C. Escalante

La hipérbole es una figura retórica que consiste en exagerar la realidad para darle más fuerza expresiva al mensaje que se transmite. Por ejemplo: Casi me muero del susto.

Una hipérbole, entonces, supone el agrandamiento o la disminución excesiva de ciertos rasgos o magnitudes que se le atribuyen a un referente o una situación. El objetivo no es falsear la realidad o mentir, sino transmitir una apreciación subjetiva de una manera más estética o enfática, para producir determinado efecto o impresión en el interlocutor. Es por eso que las hipérboles no deben interpretarse de manera literal, sino en sentido figurado. Por ejemplo: Eres la mejor mamá del mundo.

Este recurso suele utilizarse no solo en poesía, sino también para generar humor o un sentido irónico, en los relatos y los diálogos de la vida cotidiana, en política y en publicidad, entre muchos otros ámbitos. Por ejemplo: Más rico, imposible. ¡No puedes dejar de probarlo!

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Ejemplos de hipérboles (explicadas)

  1. Los niños se murieron de miedo en la obra de teatro. (Los niños sintieron mucho miedo en la obra de teatro).
  2. Tengo tanta hambre que me comería un restaurante entero. (Tengo mucha hambre).
  3. Este perrito es el más lindo de todo el mundo. (Este perrito me resulta hermoso).
  4. Te quiero hasta el infinito y más allá. (Te quiero mucho).
  5. La película es excelente, me morí de risa prácticamente todo el tiempo. (Me reí mucho durante toda la película).
  6. Tuve que dejar las cosas en la góndola porque había diez millones de personas en la fila de la caja. (La fila de la caja era muy larga).
  7. La presentación del libro fue todo un éxito, estaba todo el mundo. (Fueron muchas personas a la presentación del libro).
  8. Estaba muerto, se quedó dormido apenas llegó a casa. (Estaba muy cansado).
  9. Ese trámite ya lo hice un millón de veces. (Hice muchas veces ese trámite).
  10. Se presentó con una sonrisa de oreja a oreja. (Llegó muy contento o contenta).
  11. Esta mochila pesa una tonelada. (La mochila es demasiado pesada).
  12. Está muerta de ganas de ir a la fiesta. (Tiene muchísimas ganas de ir a la fiesta).
  13. Es una chica muy estudiosa, leyó todos los libros de la biblioteca de la escuela. (Leyó muchos de los libros de la biblioteca).
  14. Sentí que la película no terminaba más, duró años. (La película me resultó demasiado larga).
  15. La fila para sacar las entradas era eterna. (La fila para sacar las entradas era muy larga).
  16. Su tristeza no tiene fin. (Está muy triste).
  17. Estuve mil horas para encontrar el repuesto que necesitaba. (Me costó mucho tiempo encontrar el repuesto que necesitaba).
  18. Ese chico es el más simpático del mundo. (Ese chico es muy simpático).
  19. Mi hermano se comió la torta en un segundo. (Mi hermano se comió la torta muy rápido).
  20. Te dije mil veces que ordenes tu cuarto. (Te dije muchísimas veces que ordenes tu cuarto).
  21. Todo el planeta conoce a los Beatles. (Los Beatles son muy conocidos).
  22. Esta ciudad es increíble, los bares no cierran nunca. (La ciudad tiene mucho movimiento nocturno).
  23. Hizo tanto ruido cuando llegó que despertó a todo el barrio. (Hizo mucho ruido al llegar).
  24. Se cayó por la calle y todo el mundo se dio vuelta para mirarlo. (Muchas personas se dieron vuelta para mirar la caída).
  25. Ya me contaste cien veces esa historia. (Ya me contaste muchas veces esa historia).
  26. Mi tío es el mejor mago del mundo. (Mi tío es un excelente mago).
  27. Hace cien años que espero una respuesta. (Hace mucho tiempo que espero una respuesta).
  28. Me derrito del calor que hace. (Siento muchísimo calor).
  29. No hay nadie que no lo conozca. (Lo conocen muchas personas).
  30. Mi agradecimiento para con él es infinito. (Estoy muy agradecido o agradecida con él).
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Ejemplos de hipérboles en literatura

Hipérboles en poesía

Nada se compara a esa leyenda de semillas que deja tu presencia.

Vicente Huidobro, fragmento de “Canto III”

Es tan larga la primavera
que dura todo el invierno:
el tiempo perdió los zapatos:
un año tiene cuatro siglos.

Pablo Neruda, fragmento de “Demasiados nombres”

Los poetas se mueren de vergüenza,
ningún decreto los prohíbe,
ninguna radio los calumnia,
los poetas se mueren de vergüenza.

Juan Gelman, fragmento de “El facto y los poetas”

Si el día en que tú naciste,
bellísima, excelsa Elvira,
es ventura para todos,
¿por qué no lo será mía?

Sor Juana Inés de la Cruz, fragmento de “Si el día en que tú naciste”

Todo siempre es igual.
Cuando otra vez llamamos como ahora en el lejano muro:
todo siempre es igual.

Olga Orozco, fragmento de “Para Emiliano en su cielo”

Si lloviera esta noche, retiraríame
de aquí a mil años.
Mejor a cien no más.
Como si nada hubiese ocurrido, haría
la cuenta de que vengo todavía.

César Vallejo, fragmento de “Si lloviera esta noche, retiraríame”

Cuando canta me parece
el más sabio entre los sabios,
su figura se agiganta
como el roble en el verano,
su figura se agiganta
como el roble en el verano.

Violeta Parra, fragmento de “Como el roble en el verano”

Durante cien otoños he mirado
Tu tenue disco.
Durante cien otoños he mirado
Tu arco sobre las islas.
Durante cien otoños mis labios
No han sido menos silenciosos.

Jorge Luis Borges, fragmento de “Quince monedas”

Hoy nuestros cuerpos se hicieron extensos,
crecieron hasta el límite del mundo.

Pablo Neruda, fragmento de “8 de septiembre”

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Miguel Hernández, fragmento de “Elegía”

Hipérboles en narrativa

Fui sincero cuando escribí que aquella tierra me pareció la más hermosa que ojos humanos hubiesen visto.

Alejo Carpentier, El arpa y la sombra

Son infinitas mis conclusiones: mi abuela es la culpable; sin embargo, a veces rechazo la idea loca de que Toni sea don Toni, que la n se transformó en m y el hombre en niño.

Silvina Ocampo, “Cartas confidenciales”, en Los días de la noche

Una fiesta que marcaría época y quedaría en la memoria de todos los asistentes para siempre. La casa de los Álvarez-Calderón, en la esquina de 28 de Julio y La Paz, era la más linda de Miraflores y acaso del Perú.

Mario Vargas Llosa, Travesuras de la niña mala

Desde entonces empezaron unos días angustiosos, interminables.

Julio Ramón Ribeyro, “Los gallinazos sin plumas”, en Los gallinazos sin plumas

Yo no te conozco, vos venís acá y esta pobre gitana te dice todo, por un peso. Pero vos me mandás todos los amigos, porque te voy a acertar todo. Yo te digo el pasado, el presente y el futuro.

Manuel Puig, Boquitas pintadas

El Mississippi es un río de pecho ancho; es un infinito y oscuro hermano del Paraná, del Uruguay, del Amazonas y del Orinoco.

Jorge Luis Borges, “El atroz redentor Lazarus Morell”, en Historia universal de la infamia

Torpes y pretenciosos, hemos dejado pasar milenios sin responder las llamadas, sin preguntarnos de dónde venían, quiénes estaban del otro lado de esa línea que una columna trémula se hartó de mostrarnos en cualquier casa del mundo.

Julio Cortázar, “Cómo se pasa al lado”, en Un tal Lucas

Nuestros aplausos retumbaron en la soledad de la sala. Nosotros aplaudimos hasta despellejarnos las manos.

Eduardo Galeano, “La dignidad del arte”, en El libro de los abrazos

Ahora bien, para los caballos, aquello que acababan de hacer tenía todo el aspecto de una proeza. Del potrero aburridor a la libertad presente, había infinita distancia. Mas por infinita que fuera, los caballos pretendían prolongarla aún, y así (…) prosiguieron su aventura.

Horacio Quiroga, “La insolación”, en Cuentos de amor, de locura y de muerte

José Arcadio Buendía (…) conservaba su fuerza descomunal, que le permitía derribar un caballo agarrándolo por las orejas.

Gabriel García Márquez, Cien años de soledad

Otras figuras retóricas

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La hipérbole es una figura retórica o literaria que consiste en exagerar un elemento de la realidad para dar mayor fuerza expresiva al mensaje.

La exageración puede consistir en magnificar o disminuir una característica o cualidad atribuida a una cosa, persona o situación. Además de enfatizar su significado, la hipérbole ayuda a crear efectos como el humor y la ironía.

Hipérboles en el habla cotidiana

El lenguaje cotidiano es una fuente de abundantes ejemplos de hipérbole, es decir, de exageraciones que enfatizan el significado de una frase. Presentamos aquí algunos ejemplos frecuentes, y resaltamos en negrita las palabras en que reside la hipérbole o exageración.

  1. Te lo he dicho un millón de veces. (Quiere decir que los llamados de atención han sido demasiados).
  2. Me muero de amor por ti. (Que sufre mucho por el amor que siente hacia la persona en cuestión)
  3. Con esa nariz tan grande le saca un ojo a cualquiera. (Que esa nariz es muy grande)
  4. Tengo tanta hambre que me comería una vaca. (Que tiene mucha hambre)
  5. Me van a salir raíces de tanto esperar. (Que tiene mucho tiempo esperando)
  6. Primero muerto antes que comer hígado de pollo. (Que se resiste a comer hígado de pollo por el desagrado que le causa)
  7. Te he llamado miles de veces. (Que le ha llamado muchas veces)
  8. No hay día en que no deba repetirte lo mismo. (Que está cansado de repetirle la misma instrucción)
  9. Todo el mundo está pendiente de lo que hago. (Que se siente observado por las personas que le conocen)
  10. Tengo un millón de cosas por hacer el día de hoy. (Que está agobiado de ocupaciones)
  11. Hace quinientos años que espero una respuesta a mi solicitud. (Que tiene mucho tiempo esperando respuesta)
  12. El carro estaba tan caliente que se podría freír un huevo en el capó. (Que el calor en el interior del vehículo es demasiado)
  13. Tengo tanta sed que me tomaría un barril de agua. (Que tiene mucha sed)
  14. Había diez mil personas antes que yo en la fila del banco. (Que había mucha gente en el banco)
  15. Me derrito de calor. (Que siente mucho calor)
  16. A este ritmo, demoraremos una eternidad en concluir el trabajo. (Que están demorando más de la cuenta en el cumplimiento de sus obligaciones laborales)
  17. Está petrificado del miedo. (Que el miedo lo ha incapacitado para reaccionar)
  18. Si ese atleta sigue corriendo así, en cualquier momento comenzará a volar. (Que el atleta es sorprendentemente veloz)
  19. Ver las noticias me enferma. (Que las noticias le indisponen)
  20. No hay nada que se le escape. (Que habitualmente está atento a las cosas o detalles importantes)
  21. Estoy tan fatigado que me duele hasta el alma. (Que la fatiga le causa muchos dolores)
  22. Eso le pasa por hacer veinte cosas a la vez. (Que sufre las consecuencias de hacer demasiadas cosas a la vez)
  23. Estoy congelada. (Que siente mucho frío)
  24. Eres la mujer más hermosa del mundo. (Que le parece que la mujer en cuestión es hermosa)
  25. Esta bolsa de mercado pesa una tonelada. (Que el saco está muy pesado)
  26. La noche se hizo eterna. (Que sintió que la noche pasó lentamente)
  27. No hay nadie que no sepa su nombre. (Que muchas personas conocen al sujeto en cuestión)
  28. Me muero de la risa. (Que un asunto le hace reír mucho)
  29. Cada minuto del día lo dedico a pensar en ti. (Que piensa frecuentemente en la persona en cuestión)
  30. No me casaría contigo ni que fueras el último hombre sobre la Tierra. (Que no quiere comprometerse con esa persona)

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Hipérboles en la poesía

En la literatura podemos encontrar numerosos ejemplos de poemas con hipérboles que hacen uso de esta figura literaria.

1

Con mi llorar las piedras enternecen
su natural dureza y la quebrantan…
Garcilaso de la Vega, de Égloga I

2

El día que me quieras tendrá más luz que junio
(…) y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.
Amaro Nervo, del poema El día que me quieras

3

Vuestros ojos tienen
d´amor no sé qué,
que me yelan, me roban,
me hieren, me matan,
que me matan, me matan a fe.
Del un poema anónimo español del siglo XVII

4

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba.
Francisco de Quevedo, del soneto A un hombre de una gran nariz

5

Nada más cimbrador que tu cadera,
rebelde a la presión del atavío…
Carlos Pezoa Véliz, del poema A una morena

6

Al verte sonreír en la ventana
póstrase de rodillas el creyente…
Carlos Pezoa Véliz, del poema A una rubia

7

Mi sed, mi ansia sin límite, ¡mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.
Pablo Neruda, del libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada.

8

Todo era fuego en aquel tiempo. Ardía
la playa en tu contorno.
Rafael Alberti, del poema Retornos del amor tal como era

9

El cielo pienso que se viene al suelo,
y hiciera mal, señor (si ser pudiera
que al suelo se viniera)
que no está el suelo ya para vivirle.
Lope de Vega, de la obra Amar, servir y esperar.

10

Ha convertido el caudal de sus lágrimas
en el agua de los ríos que cruzan las dos Castillas,
capaces de provocar inundaciones…
Francisco de Quevedo

Hipérboles en la narrativa

En las novelas y los cuentos también podemos encontrar el uso frecuente de la hipérbole literaria. Señalamos aquí algunos ejemplos de importantes autores hispanoamericanos.

1

En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio.
De Miguel de Cervantes, de la novela Don Quijote de la Mancha.

2

…conservaba su fuerza descomunal, que le permitía derribar un caballo agarrándolo por las orejas.
Gabriel García Márquez, de la novela Cien años de soledad.

3

Pero en el fondo no podía concebir que el muchacho que se llevaron los gitanos fuera el mismo atarván que se comía medio lechón en el almuerzo y cuyas ventosidades marchitaban las flores.
Gabriel García Márquez, de la novela Cien años de soledad.

4

Pero la tribu de Melquíades, según contaron los trotamundos, había sido borrada de la faz de la tierra por haber sobrepasado los límites del conocimiento humano.
Gabriel García Márquez, de la novela Cien años de soledad.

5

Era difícil admitir que aquel anciano irreparable fuera el único saldo de un hombre cuyo poder había sido tan grande que alguna vez preguntó qué horas son y le habían contestado las que usted ordene mi general.
Gabriel García Márquez, novela El otoño del patriarca.

6

El hombre era alto y tan flaco que parecía siempre de perfil.
Mario Vargas Llosa, de la novela La guerra del fin del mundo.

7

Uno podría quedarse toda la vida oyendo el nocturno, y el scherzo estaba tocado como por manos de hadas. A la Beba le gustaba más Strauss porque era fuerte, verdaderamente un Don Juan alemán, con esos cornos y esos trombones que le ponían carne de gallina -cosa que me resultó sorprendentemente literal.
Julio Cortázar, del cuento Las ménades.

8

No atardecía nunca, la vibración del sol sobre la pista y las carrocerías dilataba el vértigo hasta la náusea.
Julio Cortázar, del cuento La autopista del sur

9

Ella conocía, pues lo había sentido en carne propia, lo poderoso que puede ser el fuego de una mirada. Es capaz de encender al mismo sol.
Laura Esquivel, de la novela Como agua para chocolate.

10

Después de esa escrutadora mirada que penetraba la ropa, ya nada volvería a ser igual.
Laura Esquivel, de la novela Como agua para chocolate.

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